Había una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Al morir, sus hijos se reparten lo poco que había dejado y al más joven le toca un gato anaranjado. El gato le pide que le compre unas buenas botas y un sombrero espectacular, dice que así
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información