Cuando el lobo hambriento baja a la granja, se sorprende al ver que los animales son muy educados, incluso un poco pretenciosos. La única manera de entrar en la granja es aprendiendo a leer.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias coma de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Se continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información