Para Jaritos, el esperadísimo nacimiento de su nieto conlleva un significativo cambio en su vida privada. Sin embargo, la alegría por ese emotivo acontecimiento se ve eclipsada por la llamada que le anuncia el asesinato de un famoso empresario, un magnate hotelero, muy conocido por sus contribuciones benéficas. ¿Un nuevo grupo terrorista? ¿Una venganza personal? No bien empieza la investigación, aparece un manifiesto reivindicando la muerte del empresario, sin explicar, sin embargo, los motivos; eso debe averiguarlo la policía, a la que califica de esbirro del poder. Sólo se afirma que el hotelero merecía la muerte. No será la única víctima que se cobre ese extraño grupo. Todas ellas irreprochables, aparentemente. Hasta que Jaritos empiece a escarbar. Márkaris pone el foco, una vez más, en los centros de toma de decisiones, donde las políticas populistas son en realidad una simple fachada que esconde una realidad más cruenta, llena de hipocresía.